De allá en la Tierra Caliente. Décimas
1
Estado de Michoacán
Por los rumbos del Lindero,
Pasando se abre un sendero
Que llega hasta el Guayacán.
Atrás queda Zicuirán,
Voy camino a Los Cimientos.
Con los sentidos despiertos
Veo la presa de Infiernillo
Que bajo un sol amarillo
Siente abrasadores vientos.
2
Hemos llegado al lugar
Y en la casa nos reciben
Blancos adornos describen
Lo que se va a celebrar.
De una boda les voy a hablar,
De allá en la Tierra Caliente,
Donde aún es uso frecuente
Hacer un baile de tabla,
La fiesta que a rajatabla
Tiene una atmósfera ardiente.
3
Contaba Leandro Corona
Cómo se usaba endenantes
Con bailes de arpa abundantes
En cualquier casa anfitriona.
La víspera de la boda
Se ponían los Nixtamales
A los usos ancestrales,
Pues antes molino no había
Pa' preparar la comida
De todos los comensales.
4
También Don Leandro contaba
Que entrando ya la alborada
La música daba anunciada,
Cuando el arpa bordoneaba
la gente se congregaba.
Madrugaban toque y toque
y se aventaban un bloque
cantando a las cocineras
pa' que alegres mañaneras
lo gozaran con desboque.
5
Luego de misa cristiana,
Celebrando con modestia,
Los novios a lomo de bestia,
Ya avanzada la mañana
Salían desde La Huacana.
Por delante el Zopilote
Pa´que se armara el borlote,
Con los tiliches cargado,
En la casa habría anunciado:
"Vienen los novios al trote."
6
Pa´arrancar la bailadera,
La corrida de banderas
Con tres pares de caballos,
Se alzaban los rojos paños
Al pie de la tocadera.
A los novios se bajaba
Y pronto El Canario sonaba,
Luego el son del buscapiés,
Seguido el Maracumbé
Y los novios en la tabla.
7
Se ha ido perdiendo el paño,
El uso de las banderas,
Y las vísperas caseras.
De esas memorias de antaño,
Hasta parece algo extraño
En estas fiestas encontrar
El olor del consumate...
Pero que aquí se constate
Que lo que ha de perdurar,
Es el gusto por bailar.
8
Paso entonces a decir
D´esta fiesta de hoy en día,
Si no es mucha la osadía
Y el verso se deja fluir.
No me dejarán mentir
De la experiencia vivida
En esta tierra querida,
Acompañando al Lindero,
Legado de un gran arpero
Que fue Don Alfonso en vida.
9
Hoy los músicos de lejos
Llamados por Don Abel,
Siguiendo el consejo aquél
De los músicos añejos
Que los dejaran perplejos.
Formando el nuevo conjunto
Tomaron en este asunto
La tarea de sostener
Que no fuera a fenecer
Tan antiguo contrapunto.
10
Las mujeres invitadas
Tempranito van llegando
Una a una saludando.
En la tarde acaloradas
Bailan muy achilenadas
Demostrando con destreza
Su gusto como en artesa.
Pronto dice una en su nombre:
"Mira que también soy hombre,
Anda, tráeme una cerveza".
11
Sin ningún acompañante,
Bien pueden acudir solas,
Van y vienen como olas
A cualquier rancho distante.
Bajo la luna menguante
Su herencia indígena imposta
Sobre la madera angosta
Y evoca con las chilenas
Memorias de las arenas
Y a los negros de la costa.
12
Es digno de mencionar
Nombres de los que no faltan,
Que con su porte resaltan
Por su modo de bailar.
Muy al uso del lugar
La familia Peñaloza,
Destacando tres hermanos
Que redoblan pies y manos,
Nomás de verlos se goza
Y la fiesta se alboroza.
13
Felipe, Basilio, Don Flor,
Las Solorio de la zona
Y las hermanas Corona
Han de arribar con rigor
Derrochando su fulgor...
Ya que estos sones de arrieros
Tienen dones hechiceros
Ha de llegar Don Alejo,
Gritando a todo pellejo.
No hay baile sin gritoneros.
14
Debajo de la enramada
Se ha plantado ya la tabla,
Tiene un sonido que endiabla
A una huilota morada,
Se ha encontrado con su amada
Y al compás sus corazones,
Vibrando con los bordones,
Sobre el alambre describen
Cuadros que al viento se escriben
Cual si bailaran los sones.
15
Sobre la espalda quema el Sol
Toda la tarde mientras cae,
A bailadores atrae
Y hasta un caballo crisol.
Ya se ha encendido el farol,
Y no paran los redobles
De hombres y mujeres nobles,
Teñidos color de tierra,
Alzando la Polvadera
Con su presencia de robles.
16
Mucho queda por decir
D´esta tan vibrante fiesta
Cómo todo se alebresta,
Ese es el mayor sentir.
No es esto por concluir
Pues he de seguir buscando
Entre palabras remando
Con sutileza y aplomo
Poder describir el cómo
En este mundo me expando.
Texto: Ana Alanís
Entrevista a Don Abel Peñaloza