De allá en la Tierra Caliente. Décimas

15.04.2019

1

Estado de Michoacán

Por los rumbos del Lindero,

Pasando se abre un sendero

Que llega hasta el Guayacán.

Atrás queda Zicuirán,

Voy camino a Los Cimientos.

Con los sentidos despiertos

Veo la presa de Infiernillo

Que bajo un sol amarillo

Siente abrasadores vientos.

2

Hemos llegado al lugar

Y en la casa nos reciben

Blancos adornos describen

Lo que se va a celebrar.

De una boda les voy a hablar,

De allá en la Tierra Caliente,

Donde aún es uso frecuente

Hacer un baile de tabla,

La fiesta que a rajatabla

Tiene una atmósfera ardiente.

3

Contaba Leandro Corona

Cómo se usaba endenantes

Con bailes de arpa abundantes

En cualquier casa anfitriona.

La víspera de la boda

Se ponían los Nixtamales

A los usos ancestrales,

Pues antes molino no había

Pa' preparar la comida

De todos los comensales.

4

También Don Leandro contaba

Que entrando ya la alborada

La música daba anunciada,

Cuando el arpa bordoneaba

la gente se congregaba.

Madrugaban toque y toque

y se aventaban un bloque

cantando a las cocineras

pa' que alegres mañaneras

lo gozaran con desboque.

5

Luego de misa cristiana,

Celebrando con modestia,

Los novios a lomo de bestia,

Ya avanzada la mañana

Salían desde La Huacana.

Por delante el Zopilote

Pa´que se armara el borlote,

Con los tiliches cargado,

En la casa habría anunciado:

"Vienen los novios al trote."

6

Pa´arrancar la bailadera,

La corrida de banderas

Con tres pares de caballos,

Se alzaban los rojos paños

Al pie de la tocadera.

A los novios se bajaba

Y pronto El Canario sonaba,

Luego el son del buscapiés,

Seguido el Maracumbé

Y los novios en la tabla.

7

Se ha ido perdiendo el paño,

El uso de las banderas,

Y las vísperas caseras.

De esas memorias de antaño,

Hasta parece algo extraño

En estas fiestas encontrar

El olor del consumate...

Pero que aquí se constate

Que lo que ha de perdurar,

Es el gusto por bailar.

8

Paso entonces a decir

D´esta fiesta de hoy en día,

Si no es mucha la osadía

Y el verso se deja fluir.

No me dejarán mentir

De la experiencia vivida

En esta tierra querida,

Acompañando al Lindero,

Legado de un gran arpero

Que fue Don Alfonso en vida.

9

Hoy los músicos de lejos

Llamados por Don Abel,

Siguiendo el consejo aquél

De los músicos añejos

Que los dejaran perplejos.

Formando el nuevo conjunto

Tomaron en este asunto

La tarea de sostener

Que no fuera a fenecer

Tan antiguo contrapunto.

10

Las mujeres invitadas

Tempranito van llegando

Una a una saludando.

En la tarde acaloradas

Bailan muy achilenadas

Demostrando con destreza

Su gusto como en artesa.

Pronto dice una en su nombre:

"Mira que también soy hombre,

Anda, tráeme una cerveza".

11

Sin ningún acompañante,

Bien pueden acudir solas,

Van y vienen como olas

A cualquier rancho distante.

Bajo la luna menguante

Su herencia indígena imposta

Sobre la madera angosta

Y evoca con las chilenas

Memorias de las arenas

Y a los negros de la costa.

12

Es digno de mencionar

Nombres de los que no faltan,

Que con su porte resaltan

Por su modo de bailar.

Muy al uso del lugar

La familia Peñaloza,

Destacando tres hermanos

Que redoblan pies y manos,

Nomás de verlos se goza

Y la fiesta se alboroza.

13

Felipe, Basilio, Don Flor,

Las Solorio de la zona

Y las hermanas Corona

Han de arribar con rigor

Derrochando su fulgor...

Ya que estos sones de arrieros

Tienen dones hechiceros

Ha de llegar Don Alejo,

Gritando a todo pellejo.

No hay baile sin gritoneros.

14

Debajo de la enramada

Se ha plantado ya la tabla,

Tiene un sonido que endiabla

A una huilota morada,

Se ha encontrado con su amada

Y al compás sus corazones,

Vibrando con los bordones,

Sobre el alambre describen

Cuadros que al viento se escriben

Cual si bailaran los sones.

15

Sobre la espalda quema el Sol

Toda la tarde mientras cae,

A bailadores atrae

Y hasta un caballo crisol.

Ya se ha encendido el farol,

Y no paran los redobles

De hombres y mujeres nobles,

Teñidos color de tierra,

Alzando la Polvadera

Con su presencia de robles.

16

Mucho queda por decir

D´esta tan vibrante fiesta

Cómo todo se alebresta,

Ese es el mayor sentir.

No es esto por concluir

Pues he de seguir buscando

Entre palabras remando

Con sutileza y aplomo

Poder describir el cómo

En este mundo me expando.

                                  Texto: Ana Alanís

Entrevista a Don Abel Peñaloza